Como ya indiqué, la principal función temática de la Celestina en la o translation - Como ya indiqué, la principal función temática de la Celestina en la o Polish how to say

Como ya indiqué, la principal funci

Como ya indiqué, la principal función temática de la Celestina en la obra de Rojas es la de producir, sirviéndose de un pacto con el Diablo, un caso de philocaptio cuya víctima es Melibea. Es de notar que la primera mención de la alcahueta en el texto de la obra (Acto I) introduce enseguida el tema de la hechicería. Dice Sempronio: «Días ha grandes que conozco en fin desta vezindad vna vieja barbuda que se dize Celestina, hechizera, astuta, sagaz en quantas maldades ay»34. Enseguida indica que los conocimientos mágicos de la vieja están íntimamente relacionados con su oficio de alcahueta. Calisto, preso por un loco amor que nada debe a influencias ocultistas, no demuestra la menor repugnancia ante la idea de ponerse en manos de una hechicera para conseguir la seducción de Melibea.
En el diálogo entre Pármeno y Calisto, todavía en el mismo Acto I (pp. 40-44), el primero se extiende mucho en la descripción de la personalidad de la vieja hechicera. Describe varios objetos, principalmente pedazos de animales y hierbas, que Celestina tenía en un lugar apartado de su casa y cuyos poderes mágicos aprovechaba para remediar amores35. Los más de ellos tenían venerable abolengo tanto en la historia de las artes mágicas como en la de la medicina36. Después procede Pármeno a describir costumbres de la vieja que pertenecían más evidentemente al oficio de una hechicera activa. Indica que solía pedir a los clientes ropa personal, cabellos o pedazos de pan mordidos -dentro de los cuales se suponía que había pasado algo de la personalidad psíquica de ellos o de la propuesta víctima del hechizo- para ayudar a hacer los maleficios que tenían por fin poner al cliente en relación con otra persona. Un ejemplo de esto ocurre en la Tragicomedia cuando Celestina logra obtener de Melibea su cordón, y dice la vieja: «!Ay, cordón, cordón! !Yo te hare traer por fuerça, si biuo, a la que no quiso darme su buena habla de grado!» (p. 105). Describe Pármeno, para terminar, unas prácticas mágicas de Celestina que demuestran cómo la actividad de la vieja pertenecía a la antigua tradición ocultista que ha continuado, casi sin mudar, desde las remotas edades de la civilización hasta nuestros días. Pinta letras con azafrán o con bermellón en las palmas de sus clientes; les da corazones fabricados de cera y llenos de agujas quebradas, maleficio éste para estorbar amores (hacer «ligamentos» o «ligaduras» según la ley civil medieval espanola y los tratados como los de Ciruelo y de Castanega) o para deshacerse de un enemigo mediante una enfermedad o la muerte. A veces, con el mismo fin, hace imágenes de barro o de plomo, pinta jeroglíficos, o pronuncia encantamientos en tierra (p. 44). No son éstos los únicos tipos de magia practicados por Celestina. Rojas, fiel a su método de descubrir poco a poco más aspectos de sus personajes, nos revela posteriormente que la vieja sabe la magia adivinatoria: «todos los agueros se adereçan fauorables, o yo no se nada desta arte» (pp. 81-82), conoce las propiedades mágicas de las hierbas y es experta en las ligaduras y en la magia lapidaria (p. 83, ll. 14-15 y p. 104, ll. 13-14). Todo esto sin atender a otros conocimientos más peligrosos que se dejan vislumbrar mediante la asociación de Celestina con Dona Claudina (pp. 134 y ss.).
Hay, sin embargo, una notable diferencia entre lo que dijo Sempronio sobre Celestina y lo que ahora dice Pármeno. Para éste la hechicería es sólo el último de los seis oficios que describe, y la menciona, comparado con Sempronio, con notable tibieza, al llamar a la vieja solamente «vn poco hechicera». Y, en la larguísima descripción de su «laboratorio», ocupan mucho más lugar lo que fabrica o utiliza para sus oficios de perfumera, maestra de hacer afeites y maestra de hacer virgos que las noticias de sus actividades hechiceras propiamente dichas. Termina, además, Pármeno con la observación perturbadora a propósito de éstas «y todo era burla y mentira», que claramente se refiere a lo que nos ha contado de Celestina hechicera. La interpretación de esta frase es, desde luego, de importancia capital para averiguar cómo el autor del Acto I enjuició el tema de la magia que él mismo había introducido con cierto énfasis en la obra.
Para el lector moderno las palabras de Pármeno, a primera vista, parecen ser una declaración inequívoca de parte del autor, por boca de Pármeno, de un escepticismo fundamental que atane no sólo los supuestos poderes mágicos de Celestina sino a las artes mágicas en general. Así han sido interpretadas por algunos críticos modernos. De ser esto verdad tendríamos, pues, que colocar al autor del Acto I entre aquellos que, según fray Martín de Castanega (1529), «presumiendo de letrados, niegan las maneras de las supersticiones y hechicerías»37. Claro está que, teniendo en cuenta la observación de Castanega, no es posible negar la posibilidad de que el autor de dichas palabras fuera un letrado escéptico en cuanto a este asunto. Aun si lo aceptamos, sin embargo, como tal, aquello no afectaría la tesis que voy desarrollando en este artículo: la integración del tema de la magia en la trama de la Tragicomedia ocurre en los actos posteriores debidos a la pluma de Fernando de Rojas y nadie debe poder sugerir, atendiendo a su texto, que Rojas fuera escéptico convencido con respecto a la magia o que hubiera querido predicar el escepticismo ante sus lectores. Lo que sí tendríamos que concluir, si la observación de Pármeno debe ser interpretada en el mencionado sentido, es no sólo que el primer autor no fue Rojas (como es, por otras razones, probable), sino que en este aspecto fundamental de la obra hay, como sugirió Bataillon, notable divergencia de intención y de interpretación entre el primer autor y el continuador.
Pero siempre suele resultar peligroso presumir que una declaración proferida por un personaje en la Tragicomedia esté exenta de ambigüedad y, al ponderarla dentro del contexto en que aparece, surgen varias dudas con respecto a las celebradas palabras de Pármeno. ?Por qué conceder mayor fuerza a lo que dice sobre el asunto de la magia el muchacho Pármeno que a lo que ya nos ha dicho el adulto Sempronio? Pármeno, hay que recordarlo, es presentado como un ingenuo, aunque un ingenuo simpático, en el Acto I. Al decir él que Celestina es «un poco hechicera», ?no será que demuestra otro aspecto de su ingenuidad? Como notó bien Inez MacDonald, a pesar del aparente menosprecio y sentido de superioridad con que comenta el joven las actividades de Celestina, es precisamente él quien va a ser subyugado y corrompido por la vieja durante la primera entrevista entre los dos38. El comentario de Pármeno, así, podría muy bien ser interpretado como un caso más de aquella ironía dramática de que está lleno el diálogo de la obra. Pero aún se advierten más posibilidades. La despectiva frase de Pármeno aparece algo inesperadamente al terminar su descripción de las costumbres de la vieja. Las palabras con que había introducido el tema de las hechicerías de Celestina («es un poco hechicera») no nos preparan bien para la aseveración final: «todo es burla y mentira». ?Será, tal vez, esta última una mera frase de precaución anadida al final del discurso de Pármeno por un escritor (?un converso?) deseoso de no exponerse a una acusación de que apoyaba la dudosa tesis de que las hechiceras estuviesen realmente dotadas de poderes sobrenaturales? Es cierto que aquí las palabras de Pármeno, indudablemente, tienen semejanza -tanto verbales como ideológicas- con lo que dicen sobre el asunto los tratadistas espanoles contemporáneos de Rojas. Ya mencioné (p. 247) la frase de Ciruelo quien, hablando de los magos, comenta: «se burlan del mundo, y son burlados por Satanás». Castanega se expresa en términos parecidos39. El traductor de Dante, Fernández de Villegas (antes de 1515), al tratar de los hechizos y brujerías, y citando tanto a las Decretales como al Decretum, comenta: «que todo es burla, y sy algo desto [el volar de noche, adoptar forma animal, etc.] les parezce a ellas, es que el diablo lo obra en su fantasía dellas». Anade, siguiendo la teoría ortodoxa, «puede lo el diablo fazer por su potencia natural» (op. cit., CLv). Se verá que, a la época de Rojas, la asociación entre «burla» y «hechicería» era más compleja de lo que un lector moderno puede suponer. Puede así leerse la frase de Pármeno con el sentido de que, por enganadora y mentirosa que sea Celestina en general, en el caso de su profesión de hechicera es ella quien es víctima de las burlas o enganos del padre de la mentira.
Entre todas estas posibilidades yo no me atrevería a afirmar cuál es la que representa la intención del autor del Acto I. Pero tenemos la certidumbre de que la frase fue interpretada por el más importante de los lectores del Acto I -el mismo Fernando de Rojas- no como una negación total de los poderes sobrenaturales de Celestina sino en el último de los sentidos arriba discutidos. Prueba de esto es, por ejemplo, el conjuro del Acto III, que tiene lugar -hay que insistir en ello-, cuando Celestina está completamente solitaria y, por consiguiente, no en una situación que le permita enganar a nadie.

Como ya indiqué, la principal función temática de la Celestina en la obra de Rojas es la de producir, sirviéndose de un pacto con el Diablo, un caso de philocaptio cuya víctima es Melibea. Es de notar que la primera mención de la alcahueta en el texto de la obra (Acto I) introduce enseguida el tema de la hechicería. Dice Sempronio: «Días ha grandes que conozco en fin desta vezindad vna vieja barbuda que se dize Celestina, hechizera, astuta, sagaz en quantas maldades ay»34. Enseguida indica que los conocimientos mágicos de la vieja están íntimamente relacionados con su oficio de alcahueta. Calisto, preso por un loco amor que nada debe a influencias ocultistas, no demuestra la menor repugnancia ante la idea de ponerse en manos de una hechicera para conseguir la seducción de Melibea.
En el diálogo entre Pármeno y Calisto, todavía en
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Jak już wspomniano główną funkcją tematycznych Celestyna w pracy Red jest produktu, przy użyciu pakt z diabłem, przypadek philocaptio, których ofiarą jest Melibea. Warto zauważyć, że pierwsza wzmianka o Procuress w tekście grać (akt I) niezwłocznie wprowadza temat magii. Sempronio mówi: «Dni ma duże wiem koniec desta vezindad brodaty stary vna, to ay dize Celestina, hechizera, chytry, przebiegły w wiele nieprawości» 34. Od razu wskazuje magicznej wiedzy stare są ściśle związane z jego urzędu Procuress. Calisto, więzienie dla szalonej miłości nic dzięki wpływom okultyzmu, nie pokazuje niższe niesmak na pomysł oddania w ręce czarownicy, aby uzyskać uwodzenia Melibea.
w dialogu między Parmeno i Callisto, jeszcze w tym samym akt I (str. 40-44), pierwszy rozciąga się dużo w opisie osobowości stara czarownica. Opisuje różne obiekty, głównie sztuk zwierząt i ziół, Celestina miał w miejscu z dala od domu i którego magiczne moce używane do usunięcia amores35. Większość z nich miał rodowód czcigodny zarówno w historii sztuki magiczne medicina36. Potem przychodzi Parmeno do opisu starych zwyczajów, najbardziej oczywiście należał do opieki aktywnych Czarodziejka. Wskazuje, że używane do klientów o odzieży, włosów lub kawałki chleba bit - co miało by mial cos psychicznych osobowości lub proponowanych ofiarą zaklęcia - aby klątwy, która w końcu włożył klienta w stosunku do innej osoby. Na przykład występuje w tragikomedii Kiedy Celestyn udaje się uzyskać Melibea swój przewód i mówi stare: «!»Ay koronki!«Mogę zając te doprowadzić moc, jeśli biuo, który nie chciał dać mi ich dobrej klasy mowy!» (str. 105). Opisuje Parmeno, wreszcie niektórych praktyk magicznych Celestina, pokazano, jak aktywność starych należał do starożytnej tradycji okultystycznych, które nadal, prawie bez ruchu z epoki odległych cywilizacji do dnia dzisiejszego. Namalowany listów z szafranem lub vermilion na dłoniach swoich klientów; dać im serca wykonane z wosku i pełne złamane igły, Zaklęcie na zatykanie amores (czy «więzadeł» lub «więzi» zgodnie z Traktatami prawa cywilnego, Śliwka, Castanega i hiszpański średniowieczny) lub pozbyć się wroga przez choroby lub śmierci. Czasami, w tym samym celu, sprawia, że obrazy z gliny lub ołowiu, namalowane hieroglify, lub wypowiedzieć zaklęcia na ziemi (str. 44). Są nie tylko rodzaj magii, praktykowane przez Celestina. Rojas, prawdziwe jego metody stopniowo odkrywać więcej aspektów ich znaków, później ujawnia, że stary wiem przepowiadania przyszłości magii: «wszystkie Wróżby są aderecan fauorables, lub desta sztuki jest nic» (s. 81-82), Poznaj magiczne właściwości ziół i jest ekspertem w obelg i lapidarium magii (str. 83, ll. 14-15 i p. 104, ll. 13-14). Wszystko to bez czynienia z innych bardziej niebezpieczne wiedzy, która pozostawia się dostrzec przez Stowarzyszenie Celestina z Dona Claudina (str. 134 i nast.).

Tam są, jednak, zauważalną różnica między Semproniusza co powiedział o Celestina i co teraz mówi Parmeno. To czary jest tylko ostatni sześciu zawodów, które opisuje i wspomina to, w porównaniu z Sempronio, z niezwykłe ciepło, wywołanie stary tylko «mała Czarodziejka vn». I w długi opis jego "laboratorium", zajmują dużo więcej miejsca, które produkuje lub używa do ich transakcji perfum, mistrz robi makijaż i nauczyciel zrobić virgos niż wieść o jego działalności Czarodziejki. Kończy się, Ponadto, Parmeno z niepokojące obserwacji, w odniesieniu do tych "i to wszystko żart i kłamać", która odnosi się wyraźnie do co powiedział nam Czarodziejka Celestyn. Interpretacji tego zwrotu jest, oczywiście, ważne aby dowiedzieć się, jak autor ustawy próbowałem na temat magii, który sam wprowadził się z niektórych nacisk w pracy.
współczesnemu czytelnikowi słów Parmeno, na pierwszy rzut oka, wydaje się być jasne części autor, usta Parmeno, instrukcja podstawowe sceptycyzm do atane nie tylko podobno magiczną moc Celestyna, ale magiczne sztuki w ogóle. Tak one zostały zinterpretowane przez niektórych nowoczesnych krytyków. Jeśli to prawda, mamy, w związku z tym, aby umieścić autor akt I między tymi, którzy, według walki Martín de Castanega (1529), "pokazując prawników, zaprzeczają, że przesądy i czary sposoby» 37. To jasne, że, mając na uwadze obserwacji Castanega, nie można zaprzeczyć, możliwość, że autor tych słów był prawnikiem sceptyczny w tej kwestii. Nawet, Jeśli przyjmiemy go, jednak tak, że nie wpłynie tezę, że jestem rozwijających się w tym artykule: integracji kwestii magii na działce tragikomedia występuje w kolejnych aktach ze względu na boom Fernando de Rojas i nikt nie powinien być w stanie sugerują, zgodnie z jego tekstu, który Rojas, sceptyczny przekonanie dotyczące magii lub kto chciał głosić sceptycyzm wobec jego czytniki. Co zrobić, jeśli będziemy musieli stwierdzić, Jeśli Parmeno obserwacji muszą być interpretowane w sensie wspomniano, jest nie tylko że pierwszy autor nie był czerwony (jak to jest, z innych powodów, chyba), ale w ten podstawowy aspekt pracy tam, jak zasugerował Bataillon, niezwykłe rozbieżność intencji i interpretacji między pierwszym autorem i perpetuator.
Ale zawsze wydaje się być niebezpieczne, zakładają, że oświadczenie wydane przez bohater tragikomedii jest niejasności i rozważać w kontekście, w którym wydaje kilka wątpliwości co do słowa z Parmeno. ?Dlaczego dać więcej siły na to, co mówi na temat magii chłopak Parmeno do tego, co już powiedział nam Sempronio dorosłych? Parmeno, pamiętaj, że, jest przedstawiany jako naiwny, naiwny sympatyczny, choć w akt I. Powie to, że Celestina jest «mała czarodziejka,»? nie będzie pokazywać innym aspektem jego pomysłowości? Również zauważyłem Inez MacDonald, Pomimo pozornej pogardy i poczucie wyższości, z którym mówi młodzież działalności Celestyna, jest właśnie on, który jest gonna być podporządkowane i uszkodzone przez stare podczas pierwszej rozmowy między dos38. Komentarz Parmeno, dlatego może być bardzo dobrze interpretowany jako jeden przypadek ironii dramat, że dialog gry jest pełny. Ale istnieje jeszcze więcej możliwości. Poniżający wyrażenie Parmeno pojawia się dość niespodziewanie na końcu jego opisu obyczajów dawnej. Słowa, które wprowadził temat magii Celestyna (trochę Czarodziejka «s») nie przygotowuje nas również do ostatecznego potwierdzenia: "wszystko jest kpina i kłamstwo". ?To będzie, być może, te ostatnie jedynie zdanie Uwaga dodaje się na końcu wypowiedzi Parmeno przez pisarza (? czy konwersji?) chętnych nie narażonych na obsługiwany za wątpliwe tezy czarodziejek faktycznie byli obdarzeni nadnaturalnymi mocami? To prawda, że tutaj słowa Parmeno, bez wątpienia, mają one podobieństwo--zarówno werbalnej, jak i ideologicznych--czerwony współczesnych pisarzy hiszpańskich co mówią na ten temat. Już wspomniano (str. 247) zdanie śliwki, którzy, mówiąc o trzech króli, mówi: "zabawy na świecie, i są one wyśmiewany przez szatana". Castanega wyraża się w warunkach parecidos39. Tłumacz Dantego, Fernández de Villegas (przed 1515), próby zaklęcia i czary i powołując się na obu decretals Decretum, mówi: "wszystko jest kpina i sy desto [latać w nocy, weź postaci zwierząt, itp.] les parezce do nich, jest diabeł do pracy to w ich fantazji dellas». Anade, po ortodoksyjnej teorii, «można fazer przez jego naturalny moc diabła "(op. cit., CLv). Widać, że w tym czasie czerwony, skojarzenie między 'zabawy' i 'czary' był bardziej skomplikowane, że współczesnemu czytelnikowi może być. W ten sposób można przeczytać zdanie Parmeno z poczuciem, że kłamca i kłamca, czyli Celestina ogólnie rzecz biorąc, jego zawód jak Czarodziejka jest ona, kto jest ofiarą drażni lub ojcem kłamstw, oszustw.

Wśród wszystkich tych możliwości nie odważę się powiedzieć co to jest to, reprezentujący intencją autora ustawy I. Ale mamy pewność, że zdanie było interpretowane przez czytelnika najważniejsze ustawy I - tym samym Fernando de Rojas - nie jako całkowite zaprzeczenie nadprzyrodzone moce, Celestyna, ale w ostatnim ze sposobów opisanych powyżej. Dowodem na to jest, na przykład, pisowni, akt III, który odbywa się - nalegać na to, kiedy Celestyn jest zupełnie samotny, i w związku z tym, nie w sytuacji, która umożliwia enganar nikt.

jak już wskazałem, główną funkcją tematycznych Celestyna w pracy Red jest produktu, przy użyciu pakt z diabłem, przypadek philocaptio, których ofiarą jest Melibea. Warto zauważyć, że pierwsza wzmianka o Procuress w tekście grać (akt I) niezwłocznie wprowadza temat magii. Sempronio mówi: «dni ma duże wiem koniec desta vezindad brodaty stary vna, to ay dize Celestina, hechizera, chytry, przebiegły w wiele nieprawości» 34. Od razu wskazuje magicznej wiedzy stare są ściśle związane z jego urzędu Procuress. Calisto, więzień Szalona miłość nic dzięki wpływom okultyzmu, nie Pokaż mniej odrazy na pomysł oddania w ręce czarownicy, aby uzyskać uwodzenia Melibea.
w dialogu między Parmeno i Callisto, jeszcze w
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Como ya indiqué, la principal función temática de la Celestina en la obra de Rojas es la de producir, sirviéndose de un pacto con el Diablo, un caso de philocaptio cuya víctima es Melibea. Es de notar que la primera mención de la alcahueta en el texto de la obra (Acto I) introduce enseguida el tema de la hechicería. Dice Sempronio: «Días ha grandes que conozco en fin desta vezindad vna vieja barbuda que se dize Celestina, hechizera, astuta, sagaz en quantas maldades ay»34. Enseguida indica que los conocimientos mágicos de la vieja están íntimamente relacionados con su oficio de alcahueta. Calisto, preso por un loco amor que nada debe a influencias ocultistas, no demuestra la menor repugnancia ante la idea de ponerse en manos de una hechicera para conseguir la seducción de Melibea.
En el diálogo entre Pármeno y Calisto, todavía en el mismo Acto I (pp. 40-44), el primero se extiende mucho en la descripción de la personalidad de la vieja hechicera. Describe varios objetos, principalmente pedazos de animales y hierbas, que Celestina tenía en un lugar apartado de su casa y cuyos poderes mágicos aprovechaba para remediar amores35. Los más de ellos tenían venerable abolengo tanto en la historia de las artes mágicas como en la de la medicina36. Después procede Pármeno a describir costumbres de la vieja que pertenecían más evidentemente al oficio de una hechicera activa. Indica que solía pedir a los clientes ropa personal, cabellos o pedazos de pan mordidos -dentro de los cuales se suponía que había pasado algo de la personalidad psíquica de ellos o de la propuesta víctima del hechizo- para ayudar a hacer los maleficios que tenían por fin poner al cliente en relación con otra persona. Un ejemplo de esto ocurre en la Tragicomedia cuando Celestina logra obtener de Melibea su cordón, y dice la vieja: «!Ay, cordón, cordón! !Yo te hare traer por fuerça, si biuo, a la que no quiso darme su buena habla de grado!» (p. 105). Describe Pármeno, para terminar, unas prácticas mágicas de Celestina que demuestran cómo la actividad de la vieja pertenecía a la antigua tradición ocultista que ha continuado, casi sin mudar, desde las remotas edades de la civilización hasta nuestros días. Pinta letras con azafrán o con bermellón en las palmas de sus clientes; les da corazones fabricados de cera y llenos de agujas quebradas, maleficio éste para estorbar amores (hacer «ligamentos» o «ligaduras» según la ley civil medieval espanola y los tratados como los de Ciruelo y de Castanega) o para deshacerse de un enemigo mediante una enfermedad o la muerte. A veces, con el mismo fin, hace imágenes de barro o de plomo, pinta jeroglíficos, o pronuncia encantamientos en tierra (p. 44). No son éstos los únicos tipos de magia practicados por Celestina. Rojas, fiel a su método de descubrir poco a poco más aspectos de sus personajes, nos revela posteriormente que la vieja sabe la magia adivinatoria: «todos los agueros se adereçan fauorables, o yo no se nada desta arte» (pp. 81-82), conoce las propiedades mágicas de las hierbas y es experta en las ligaduras y en la magia lapidaria (p. 83, ll. 14-15 y p. 104, ll. 13-14). Todo esto sin atender a otros conocimientos más peligrosos que se dejan vislumbrar mediante la asociación de Celestina con Dona Claudina (pp. 134 y ss.).
Hay, sin embargo, una notable diferencia entre lo que dijo Sempronio sobre Celestina y lo que ahora dice Pármeno. Para éste la hechicería es sólo el último de los seis oficios que describe, y la menciona, comparado con Sempronio, con notable tibieza, al llamar a la vieja solamente «vn poco hechicera». Y, en la larguísima descripción de su «laboratorio», ocupan mucho más lugar lo que fabrica o utiliza para sus oficios de perfumera, maestra de hacer afeites y maestra de hacer virgos que las noticias de sus actividades hechiceras propiamente dichas. Termina, además, Pármeno con la observación perturbadora a propósito de éstas «y todo era burla y mentira», que claramente se refiere a lo que nos ha contado de Celestina hechicera. La interpretación de esta frase es, desde luego, de importancia capital para averiguar cómo el autor del Acto I enjuició el tema de la magia que él mismo había introducido con cierto énfasis en la obra.
Para el lector moderno las palabras de Pármeno, a primera vista, parecen ser una declaración inequívoca de parte del autor, por boca de Pármeno, de un escepticismo fundamental que atane no sólo los supuestos poderes mágicos de Celestina sino a las artes mágicas en general. Así han sido interpretadas por algunos críticos modernos. De ser esto verdad tendríamos, pues, que colocar al autor del Acto I entre aquellos que, según fray Martín de Castanega (1529), «presumiendo de letrados, niegan las maneras de las supersticiones y hechicerías»37. Claro está que, teniendo en cuenta la observación de Castanega, no es posible negar la posibilidad de que el autor de dichas palabras fuera un letrado escéptico en cuanto a este asunto. Aun si lo aceptamos, sin embargo, como tal, aquello no afectaría la tesis que voy desarrollando en este artículo: la integración del tema de la magia en la trama de la Tragicomedia ocurre en los actos posteriores debidos a la pluma de Fernando de Rojas y nadie debe poder sugerir, atendiendo a su texto, que Rojas fuera escéptico convencido con respecto a la magia o que hubiera querido predicar el escepticismo ante sus lectores. Lo que sí tendríamos que concluir, si la observación de Pármeno debe ser interpretada en el mencionado sentido, es no sólo que el primer autor no fue Rojas (como es, por otras razones, probable), sino que en este aspecto fundamental de la obra hay, como sugirió Bataillon, notable divergencia de intención y de interpretación entre el primer autor y el continuador.
Pero siempre suele resultar peligroso presumir que una declaración proferida por un personaje en la Tragicomedia esté exenta de ambigüedad y, al ponderarla dentro del contexto en que aparece, surgen varias dudas con respecto a las celebradas palabras de Pármeno. ?Por qué conceder mayor fuerza a lo que dice sobre el asunto de la magia el muchacho Pármeno que a lo que ya nos ha dicho el adulto Sempronio? Pármeno, hay que recordarlo, es presentado como un ingenuo, aunque un ingenuo simpático, en el Acto I. Al decir él que Celestina es «un poco hechicera», ?no será que demuestra otro aspecto de su ingenuidad? Como notó bien Inez MacDonald, a pesar del aparente menosprecio y sentido de superioridad con que comenta el joven las actividades de Celestina, es precisamente él quien va a ser subyugado y corrompido por la vieja durante la primera entrevista entre los dos38. El comentario de Pármeno, así, podría muy bien ser interpretado como un caso más de aquella ironía dramática de que está lleno el diálogo de la obra. Pero aún se advierten más posibilidades. La despectiva frase de Pármeno aparece algo inesperadamente al terminar su descripción de las costumbres de la vieja. Las palabras con que había introducido el tema de las hechicerías de Celestina («es un poco hechicera») no nos preparan bien para la aseveración final: «todo es burla y mentira». ?Será, tal vez, esta última una mera frase de precaución anadida al final del discurso de Pármeno por un escritor (?un converso?) deseoso de no exponerse a una acusación de que apoyaba la dudosa tesis de que las hechiceras estuviesen realmente dotadas de poderes sobrenaturales? Es cierto que aquí las palabras de Pármeno, indudablemente, tienen semejanza -tanto verbales como ideológicas- con lo que dicen sobre el asunto los tratadistas espanoles contemporáneos de Rojas. Ya mencioné (p. 247) la frase de Ciruelo quien, hablando de los magos, comenta: «se burlan del mundo, y son burlados por Satanás». Castanega se expresa en términos parecidos39. El traductor de Dante, Fernández de Villegas (antes de 1515), al tratar de los hechizos y brujerías, y citando tanto a las Decretales como al Decretum, comenta: «que todo es burla, y sy algo desto [el volar de noche, adoptar forma animal, etc.] les parezce a ellas, es que el diablo lo obra en su fantasía dellas». Anade, siguiendo la teoría ortodoxa, «puede lo el diablo fazer por su potencia natural» (op. cit., CLv). Se verá que, a la época de Rojas, la asociación entre «burla» y «hechicería» era más compleja de lo que un lector moderno puede suponer. Puede así leerse la frase de Pármeno con el sentido de que, por enganadora y mentirosa que sea Celestina en general, en el caso de su profesión de hechicera es ella quien es víctima de las burlas o enganos del padre de la mentira.
Entre todas estas posibilidades yo no me atrevería a afirmar cuál es la que representa la intención del autor del Acto I. Pero tenemos la certidumbre de que la frase fue interpretada por el más importante de los lectores del Acto I -el mismo Fernando de Rojas- no como una negación total de los poderes sobrenaturales de Celestina sino en el último de los sentidos arriba discutidos. Prueba de esto es, por ejemplo, el conjuro del Acto III, que tiene lugar -hay que insistir en ello-, cuando Celestina está completamente solitaria y, por consiguiente, no en una situación que le permita enganar a nadie.

Como ya indiqué, la principal función temática de la Celestina en la obra de Rojas es la de producir, sirviéndose de un pacto con el Diablo, un caso de philocaptio cuya víctima es Melibea. Es de notar que la primera mención de la alcahueta en el texto de la obra (Acto I) introduce enseguida el tema de la hechicería. Dice Sempronio: «Días ha grandes que conozco en fin desta vezindad vna vieja barbuda que se dize Celestina, hechizera, astuta, sagaz en quantas maldades ay»34. Enseguida indica que los conocimientos mágicos de la vieja están íntimamente relacionados con su oficio de alcahueta. Calisto, preso por un loco amor que nada debe a influencias ocultistas, no demuestra la menor repugnancia ante la idea de ponerse en manos de una hechicera para conseguir la seducción de Melibea.
En el diálogo entre Pármeno y Calisto, todavía en
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